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Paradojas del COVID-19

Las transformaciones a la que nos ha llevado el COVID-19 son innegables. Y no se trata de ocultar los estragos que esta pandemia ha dejado en el mundo y que desafortunadamente está dejando en nuestro país. Se trata de ver qué podemos aprender de esta experiencia que, sin duda, cambiará la vida de todas y todos y transformará nuestros comportamientos en todos los aspectos.

Por: Blanca Bohórquez, directora del DADEP.

Uno de los propósitos que hemos planteado desde la Defensoría del Espacio Público es visibilizar el trabajo, los avances y los logros que se realizan en materia de defensa, recuperación y buen uso del espacio público en Bogotá, sin embargo, este propósito con esta coyuntura, se convierte en un reto para la administración y por supuesto para la ciudadanía. El espacio público se resignifica y adquiere un valor diferente en el imaginario de los ciudadanos.

A propósito de esta coyuntura, desde hace algunos años, se hacen evidentes las transformaciones y los cambios de comportamientos y rutinas diarias que ha generado la inmersión en la era digital, un ejemplo a la vista fueron los propios medios de comunicación que se vieron obligados a transformarse y crear nuevos contenidos ajustados para estos canales, con el fin de llegar a sus audiencias.

Tecnología: el gran aliado

Esta digitalización de la realidad nos pone en el plano de la reflexión, inicialmente para ver las desventajas de la tecnología en términos de distanciamiento y descuido frente al valor de la comunicación presencial, pero, a su vez, evidencia infinitas bondades como, paradójicamente, permitir conectarnos a distancia con quienes no podemos hacerlo presencialmente; y, aún mejor, desde lo público y lo empresarial, hoy es la mejor herramienta para trabajar y visibilizar una gestión.

Y ni qué hablar de lo personal. Desde hace tiempo venimos diciendo que las personas prefieren saludos, abrazos y relaciones virtuales, ahora un emoji dice más que mil palabras, hasta almorzar se convirtió en un momento digital, donde el cosquilleo de revisar el celular se hace necesario, así presumamos que nadie nos ha escrito.

Pero, sinceramente creo que nunca imaginamos que una pandemia nos haría extrañarnos tanto, que extrañaríamos al compañero o compañera de trabajo, que desearíamos volver a ese puesto de trabajo en el que a veces sentimos estrés, pero en el que también hay mucha sensación de ¡trabajo bien hecho! Nunca lo imaginamos, no hubo tiempo para eso, de un día para otro lo tuvimos que vivir.

¡No! a la parálisis, ¡Sí! al análisis

Estas han sido semanas en las que hemos dejado a un lado el interés individual y lo hemos transformado en interés colectivo “si te cuidas, cuidas a otros”. Han sido días para valorar el trabajo que desarrolla cada uno de los integrantes de esta entidad y nos hemos dado cuenta de la maravillosa magia de la tecnología. Debo confesar que no me he sentido lejos del todo, siempre siento un asomo de alivio cuando logramos conectarnos y permanecer en contacto, cuando observo que, a pesar de las circunstancias, hemos continuado con nuestras labores.

Y pienso que una situación como esta en años pasados, sin toda la tecnología con la que contamos hoy, nos habría paralizado completamente. Pero el escenario es distinto, no nos paralizamos. Sí extrañamos mucho estar afuera, con nuestra ciudadanía, en nuestros espacios públicos, pues ahí está nuestra esencia, pero estamos trabajando y dándole mayor valor (no precio, ojo) al espacio público desde nuestras casas.

¿Quién lo imaginó? ¿Quién pensó que alguna vez desde las salas de nuestro hogar aportaríamos al cuidado, defensa y recuperación de los espacios públicos de Bogotá?

Seguramente nadie, y es porque casi siempre la realidad supera la ficción. Esta es una columna especialmente dirigida a los colaboradores de la Defensoría del Espacio Público, que está acompañada --sí, acompañada-- por un video para invitarlas e invitarlos a mantener o adquirir, según el caso, hábitos saludables de trabajo desde sus casas.

Pero también es una columna dirigida a todas las ciudadanas y a todos los ciudadanos que visitan la página web de la entidad, que siguen nuestras redes sociales o que conocen nuestro trabajo y nuestra misionalidad, porque esta es una reflexión que puede ser útil para todas y todos, porque es un llamado a encontrar lo positivo en la adversidad y una invitación a que pronto nos encontremos en esos espacios públicos que tanto nos hacen felices. Una invitación para aprovechar las emociones y los sentimientos que abundan por estos días y convertirlos en creatividad.

 

Paradójicamente, de este virus ¡saldremos más fuertes!